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Las relaciones humanas y el Coronavirus


Punto de vista
El Nuevo Día
martes, 17 de marzo de 2020 

 
El trabajo social a nivel mundial celebra hoy su día, de forma paradójica, bajo el lema: “Promoviendo la importancia de las relaciones humanas”.

Entonces, ¿cómo validamos este lema frente al distanciamiento y aislamiento social que se ha decretado por orden ejecutiva en Puerto Rico?

Primero, debemos reconocer que enfrentamos una pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), situación que demanda nuevas estrategias para manejar la cuestión social o problemas sociales en la isla.  

Luego, no debemos olvidar que desde el trabajo social nuestra descripción como profesión nos inserta en las relaciones sociales entre la ciudadanía y el Estado en diversos contextos social-históricos que busquen atender las situaciones de nuestras familias y comunidades.

En este contexto, convocamos a la calma, la educación y la valoración de riesgos de forma proporcional a la situación. La política pública del gobierno debe considerar las situaciones plurales de la población. 

Pensemos en la atención de las personas sin hogar, los adultos mayores (algunos pueden atender sus necesidades básicas, otros dependen de asistencia y están en mayor riesgo frente al coronavirus), las familias que viven día a día con el sueldo diario y que no van a poder ir a su trabajo.

Pensemos en especial en las jefas de familias que no tendrán su ingreso, en las personas encarceladas, las mujeres y la niñez o juventud que viven violencias o bajo maltrato en su hogar.

Pensemos en las familias del sur que todavía no tienen techo seguro, en las personas que no tienen acceso al internet para mantenerse informadas y así podríamos seguir mencionando otras situaciones.

El país aplaude la reclusión desde su experiencia, pero es la profesión del trabajo social la que debe denunciar estas situaciones y exigir el acceso a los derechos sociales como servicios esenciales que en este momento tienen que ver con la supervivencia de los grupos más vulnerables.

El estado debe asumir su responsabilidad y obligación con estos grupos que requieren protección social, y la profesión del trabajo social debe considerarse vital en la actuación de estos servicios en el país. 

Hoy las relaciones humanas se validan frente a la política pública y estrategias cónsonas con los derechos humanos de la ciudadanía, así como la inclusión de nuestra profesión en la construcción de un mejor país. 

La OMS ya ha denunciado asuntos de violaciones de derechos humanos, violencia y discrimen por razones de etnia frente al manejo de la emergencia por lo que debemos estar alertas como profesionales del trabajo social.

Recordemos que quienes son más vulnerables en la isla viven en pobreza, desigualdad, con pobre acceso a la salud. Sufren además inseguridad alimentaria y vivirán de las formas más severas la crisis que enfrentamos. Por tanto, este sector amplio de la población requiere consideraciones particulares desde la protección social, que trascienden las medidas temporeras como el toque de queda.